Buenos días, rinconcito.

Cuánto tiempo hacía que no me pasaba a tocar las tecladas del portátil. Y es que parece que el destino me pone en contra del blog cada vez que prometo que voy a estar más activa. El periodo de vacaciones me está absorbiendo porque, aunque tengo un tiempo limitado para leer, coger el ordenador y escribir una reseña es una misión imposible que ni el mejor agente OO7 podría completar.

Sin más dilaciones... ¡Bienvenidos una vez más al blog!

FICHA TÉCNICA

Título: Los chicos del calendario 4: Agosto, Septiembre y Octubre.
Autor: Ríos, Candela.
N.º Págs.: 346
ISBN: 978-84-16327-28-7
Sello: Titania
Colección: Titania sombras

SINOPSIS

Candela viaja hasta Londres tras haber sido informada por Pablo de la situación en la que se encontraba Salvador, poniendo en riesgo el proyecto de Los Chicos. Allí, será bombardeada con un aura de contradicciones que le harán tomar decisiones erróneas y espontaneas de las que más tarde se arrepentirá. Sin embargo, nuestra protagonista, esté en el país que esté, no logrará deshacerse del trío amoroso en el que se encuentra involucrada, ni siquiera pasando tiempo con los nuevos chicos de Agosto, Semptiembre y Octubre.

OPINIÓN PERSONAL

Una vez en España, y guiada por las contradicciones de su corazón, de las que Víctor forma parte por su inesperada confesión/proposición al acabar Los Chicos del Calendario 3, toma un vuelo hacia otra parte del mundo para intentar aclarar sus ideas.

Mientras Candela pone todo su empeño en actuar de forma coherente y razonada ante tal panorama sentimental, tiene que hacer frente a dos bandos abiertos: por un lado, los nuevos chicos del calendario; por otro, la presencia del señor Barver, padre de Salvador que llena de obstáculos el ya obstruido camino de Candela ara conseguir destruir Olimpo, Gea, Los Chicos y, sobre todo, a su propio hijo.

Si hay algo que destacar dentro de la novela es la maravillosa capacidad de la autora para resumir tres meses de la vida de Candela en 346 páginas. ¡¡BRAVO!!

La narración me ha parecido esta vez menos forzada; más sencilla, ágil, llevadera, dinámica y divertida, sin dejar atrás temas tan serios, importantes y actuales como son el bullying, las enfermedades o las influencias. Además, hay cabida para el tema estrella de los canales de noticias españoles: la corrupción.

En cuanto a los personajes, han aparecido infinidad de ellos, tanto antiguos como nuevos.

Reaparece Rubén, que contacta con Candela para explicarle algo un poco... complicado.

Candela: se nos presenta llena de dudas e insegura de si misma en cuanto a sentimientos se refiere, y así se mantiene hasta la mitad de la novela, lo que en ocasiones me enerva, porque parece que está jugando a la gallina ciega. Lo malo de ella es que parece que solo reacciona cuando las malas circunstancias ya han protagonizado su vida.

Salvador: se nos muestra la cara oculta de su vida, que es la relacionada con su enfermedad. Pero también se nos muestra, cariñoso, amable, comprensivo, furioso y enervante a partes iguales. He de confesar que me han entrado ganas de estrangularle en un par de ocasiones y esta actuación ya me está comenzando a cansar. Salvador, por favor te lo pido, pórtate bien en la última entrega porque te voy a acabar cogiendo asco.

Víctor: es la otra cara de la moneda. Se nos describe como un chico más maduro, más sereno, tranquilo y muy seguro de sí mismo, tanto en el ámbito profesional como el sentimental. Un chico sin tapujos que no duda ni un segundo en decir todo lo que piensa, ya sea bueno o malo, y lo mejor. sabe pedir perdón cuando es debido. Y es que la distancia ha resultado ser esclarecedora para él.

Nacho: es el chico de agosto. Trabaja como bombero y guarda forestal, lo que provoca que grande de las aventuras de Candela durante este mes estén localizadas en el bosque. Él es la definición de bombero buenorro en toda regla. Sin embargo, su pasado no es el que cualquier persona desearía tener.

Benjamín: es el chico de septiembre, vive en Marbella y es un ex drogadicto rehabilitado. Solo puedo definirlo con una palabra: ejemplar. Es un chico que ha vivido cosas tan duras que solo me provoca admiración por su capacidad de superación.

Adrián: llega a ser el chico de octubre por mediación de una tercera persona. Tiene un taller de coches, así que su misión será enseñar a Candela todo lo que este mundo abarca además de contarle y enseñarle lecciones de vida que marcarán un antes y un después. Candela no puede evitar vivir con el corazón encogido a su lado.

En definitiva, me ha parecido una continuación muy completa; llena de acciones y personajes que no te dejarán de sorprender. 

Y mientras Candela se encarga de llevar a cabo esa misión que nos ha dejado caer al final del libro, yo me quedo aquí, frente al teclado, con el corazón encogido y temiendo leer el final de la saga, porque tengo la sensación de que voy a llorar, y mucho.