Lara Avery es una joven escritora estadounidense que ya ha publicado dos novelas: Anything But Ordinary y A Million Miles Away, ambas enmarcadas en el género del drama juvenil y con excelentes críticas. Esta es la primera novela que publica en castellano.

Sammie es vista como el bicho de raro de su clase debido a su alto interés por la cultura de su país. Pero lo que no sabe la gente es que detrás de ese interés se esconde una razón más profunda: trabajar duro para poder conseguir el sueño de su vida y poder cambiar su país y el mundo para mejor. Sin embargo, es en último año de instituto, cuando las puertas de la universidad de Nueva York las puede rozar con las yemas de los dedos, cuando descubre que padece una extraña enfermedad genética que le robará sus recuerdos y salud. 

Sammie no se rinde y no piensa dejar que dicha enfermedad acabe con todo lo que siempre ha soñado, así que decide escribir un diario, un kit de supervivencia que la ayude a recordar todo sobre ella cuando su memoria comience a fallar. 

Descubre su personalidad, sus amigos, sus aficiones, su primera fiesta, su primer amor, su primera dosis de realidad... 

Sammie: es una chica inteligente, fuerte, soberbia, poco cariñosa, precavida, perpicaz, elocuente. Ha tenido claros sus planes futuros desde pequeña. Quiere ser abogada, y participa en concursos de debate, por lo que la memoria juega un papel vital en su vida. 

Stuart: es el amor platónico de Sammie. Una biblioteca andante, apasionado por los libros. Una persona con mucha imaginación, delicado y sorprendente.

Cooper: es el amigo de Sammie. Una persona directa, cariñosa, atenta, cuidadosa, y poco alocado. No tiene el mejor pasado del mundo, pero tiene un gran corazón.

'Kit de supervivencia para una futura yo' está escrito en varias voces que varían entre la protagonista, sus familiares y sus amigos. Sin embargo, todos los hacen desde un punto de vista personal, en primera persona. Los capítulos son variantes ya que puedes encontrar unos de diez páginas y otros de una sola línea por lo que nunca llegas a estar abrumada de demasiada información.

El estilo de la autora es sencillo, ágil, divertido en ocasiones, directo, y en ocasiones, coloquial. Mezcla la narración, con adaptaciones de 'teatro' cuando transcribe los mensajes de texto.

En cuanto al contenido, el principio del libro fue algo extraño, no acaba de situarme y no entendía la intención de la autora. El desarrollo ha tenido dos subdivisiones: la primera ha sido aburrida y monótona; la segunda, llena de acción, emocionante. La parte final ha sido breathtaking, no hay ninguna palabra en español que pueda definirlo.

La verdad es que con el comienzo de la historia mis expectativas estuvieron por las nubes, por lo que el desarrollo de la trama me decepcionó un poco y el final más, pues esperaba otro por las alusiones al estado de la protagonista que hace la autora. No digo más, que se me escapan los spoilers.

Por último, los personajes:

Con Sammie he tenido sensaciones extrañas porque la amaba y repelía por momentos. Admiro mucho su dedicación y el trabajo puesto en cumplir sus metas, la forma de aceptación de su enfermedad, así como la invención del kit para remediar las consecuencias de esta. He amado su valentía por escribir cada detalle de su vida, plasmando como avanzaba su enfermedad en su vida y de que manera le afecta. Pero he odiado que tuviera una venda en los ojos y que su única preocupación durante años no hubiera sido nada más allá de sus estudios. Ni su familia, ni amigos, ni diversión, ni experiencias adolescentes. Es obvio que ella es feliz con el estilo de vida que ha escogido, pero me da rabia que cuando realmente parece que está disfrutando de la vida y está pletórica, es cuando su enfermedad le pasa factura.

Stuart se presenta como un escritor bohemio, delicado y maduro que busca un motivo transcendental que consiga llevarlo a la fama. Al principio creía que iba a ser el típico niño rico que te mete la puñalada por la espalda, pero me ha sorprendido gratamente porque es tan sensible como aparenta, Nada superficial y cuidadoso.

Cooper es el mejor amigo de la infancia de Sammie. Por su pasado, pensaba que iba a ser inmaduro, egocéntrico y borde. Pero supera la sensibilidad de Stuart con creces.

En definitiva, es un libro que recomiendo muchísimo no solo por su final impactante, sino por su mensajes.