Si creía que lo había visto todo lo complejo y codicioso que podía ser el ser humano cuando leí ‘El talento de Mr. Ripley’, estaba muy equivocada porque Ripley ha vuelto a dejarme sin palabras en ‘La máscara de Ripley’.

El libro que vamos a tratar hoy está escrito por Patricia Highsmith, una americana nacida en Texas en el año 1921. Fue criada por el segundo marido de su madre y estudió latín, griego e inglés en la Universidad de Columbia. Comenzó su actividad laboral a una edad temprana, repartida entre editoriales, incluyendo su faceta como escritora, pues fue en 1950 cuando salió a la luz su primer libro ‘Extraños en un tren’ y en 1952 ‘Carol’, un libro escrito bajo seudónimo que ponía de manifiesto su lesbianismo en la trama. En 1955 escribió ‘El Talento de Mr. Ripley’ un libro cuyo éxito hizo que la escritora continuara escribiendo cuatro libros más sobre este personaje tan… particular.

Una de las ventajas de esta saga es que cada libro contiene una historia aislada que permite que se lean sin haber leído el anterior, ya que él mismo te va haciendo alusiones a su anterior vida conforme la trama va avanzando. 

La máscara de Ripley cuenta la historia de Tom Ripley, que tras haber tenido éxito con su objetivo en ‘El talento de Mr. Ripley’, decide embaucarse en una nueva misión tras recibir una llamada desde Londres en la que sus socios de las Galerías Buckmaster le comunican que un coleccionista americano sospecha que le han vendido un cuadro falsificado del pintor (muerto para Ripley y sus socios; vivo para la sociedad). La única forma de solucionar la situación es que el coleccionista vea al autor en persona, pero si Derwatt está muerto… ¿Cómo lo harán? Ripley entra de nuevo en acción, usurpando de nuevo identidades.

Para aquellos que hayan leído El talento de Mr. Ripley, como yo, les puede parecer la trama y el avance de los acontecimientos algo aburrida ya que prácticamente hasta la segunda mitad del libro no comienza los hechos a tener en cuenta. Sin embargo, de nuevo, lo que más me llama la atención es la mente de Ripley, minucioso, calculador, ingenioso, ambicioso y sin remordimientos. Un conjunto de características atípicas, ya que ahora el protagonista se ha casado y tiene un impedimento al que retenerse. 

Desde luego, si Ripley existiese, el mundo debería estar en alerta gracias a sus grandes capacidades interpretativas.

Después de devorarme las casi 300 páginas del libro en un par de días, solo puedo pararme a dar las gracias a Patricia Highsmith, por demostrar que una mujer puede tener una gran capacidad para crear intriga, para inventar un personaje psicológicamente complejo e incluso hacer valoraciones sobre el sentimiento de culpabilidad del ser humano. 

Mi puntuación es de un 3’5/ 5.

Os invito a que leáis la primera entrega, disponible en cualquier tienda a un precio asequible. Si no os apetece porque queréis leer la segunda parte tras leer esta reseña, podéis ver la película de la primera parte, protagoniza por mi amado Matt Damon, Gwyneth Paltrow y Jude Law.

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